Esto es sólo una introducción. Ni siquiera eso. Espero se me disculpe el tono de humor, pero en esto, como en todo, las experiencias que nos tomamos con humor se viven mejor.
Hara quiere decir en japonés vientre, pero incluye muchos
más significados.
Haragei es el arte de la centralización abdominal, fruto de diversos ejercicios de respiración presentes en todos los métodos de meditación, además de en el kyudo, el sumo y el Nihon Taijutsu o Ninjutsu.
El Hara es el centro del cuerpo, es el centro de gravedad, el punto desde el que se genera el calor del cuerpo, y a decir de algunos maestros orientales, es el “segundo cerebro”.
Si nos fijamos, prácticamente todas las emociones que experimentamos o bien se reflejan o bien ocurren en el Hara: las famosas mariposas del enamorado, los nervios ante algo nuevo, el miedo, hasta la risa, que nace de un espasmo abdominal, sin poder mover los músculos del vientre no podemos reírnos, es el Hara quien se ríe.
En Japón la idea de Haragei es muy compleja. Alguien que tiene haragei(literalmente “sentir con el vientre”) debería ser capaz de percibir cambios a su alrededor, muy sutiles.
La típica escena del maestro de artes marciales que intuye un ataque no es más que la aplicación del haragei.
Al estar el cuerpo y la mente en calma, la extrema sensibilidad del vientre nos avisaría de cualquier cambio en nuestro entorno.
En la historia reciente de Japón hay un incidente que los gobiernos occidentales no saben muy bien cómo explicar.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Emperador de Japón dio la orden de cesar las hostilidades, una orden directa a un general. Este hizo caso omiso y continuó enviando soldados. Al terminar la guerra y pedir los americanos los informes de estado sobre las operaciones del ejército japonés, se asombraron al leer que la orden del emperador había sido dada mediante haragei, y que el general no había percibido la intención del emperador, aún cuando se suponía que un militar de alto rango debía estar versado en el haragei, como se supone aún hoy en políticos y empresarios.
¿Telepatía? Qué mas da. Mediante la centralización de la respiración, la mente y los movimientos en el hara, haciendo nacer cada movimiento, respiración o pensamiento del vientre, además de conseguir equilibrio mente/cuerpo y coordinación, podemos llegar, algún día, queridos frikis, a poder decir, como Yoda:
He sentido una perturbación en la Fuerza. Como si millones de seres gritasen de terror y callasen de repente.
Haragei es el arte de la centralización abdominal, fruto de diversos ejercicios de respiración presentes en todos los métodos de meditación, además de en el kyudo, el sumo y el Nihon Taijutsu o Ninjutsu.
El Hara es el centro del cuerpo, es el centro de gravedad, el punto desde el que se genera el calor del cuerpo, y a decir de algunos maestros orientales, es el “segundo cerebro”.
Si nos fijamos, prácticamente todas las emociones que experimentamos o bien se reflejan o bien ocurren en el Hara: las famosas mariposas del enamorado, los nervios ante algo nuevo, el miedo, hasta la risa, que nace de un espasmo abdominal, sin poder mover los músculos del vientre no podemos reírnos, es el Hara quien se ríe.
En Japón la idea de Haragei es muy compleja. Alguien que tiene haragei(literalmente “sentir con el vientre”) debería ser capaz de percibir cambios a su alrededor, muy sutiles.
La típica escena del maestro de artes marciales que intuye un ataque no es más que la aplicación del haragei.
Al estar el cuerpo y la mente en calma, la extrema sensibilidad del vientre nos avisaría de cualquier cambio en nuestro entorno.
En la historia reciente de Japón hay un incidente que los gobiernos occidentales no saben muy bien cómo explicar.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Emperador de Japón dio la orden de cesar las hostilidades, una orden directa a un general. Este hizo caso omiso y continuó enviando soldados. Al terminar la guerra y pedir los americanos los informes de estado sobre las operaciones del ejército japonés, se asombraron al leer que la orden del emperador había sido dada mediante haragei, y que el general no había percibido la intención del emperador, aún cuando se suponía que un militar de alto rango debía estar versado en el haragei, como se supone aún hoy en políticos y empresarios.
¿Telepatía? Qué mas da. Mediante la centralización de la respiración, la mente y los movimientos en el hara, haciendo nacer cada movimiento, respiración o pensamiento del vientre, además de conseguir equilibrio mente/cuerpo y coordinación, podemos llegar, algún día, queridos frikis, a poder decir, como Yoda:
He sentido una perturbación en la Fuerza. Como si millones de seres gritasen de terror y callasen de repente.
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